Miss Bolivia: “Mi lengua educa tu parlante”.
Por Marco Marín.
Su nombre es Paz Ferreyra, psicóloga y profesora de yoga que por el camino fue mutando como cantante de ritmos de dancehall y reggae, ella es hoy en Argentina la revelación de la cumbia hip hop.

 Ella, descarnada en sus letras, va creando un eco que retumba en las orejas de un mundo donde la masculinidad y la testosterona parecen ser la línea general de la historia. Mezcla sonidos y  letras donde quiere mostrar el poder de la mujer, y le salen de manera natural por que entre otras cosas fue estudiante de literatura.

Camarera, recepcionista, sicóloga (escuchó a las víctimas del incendio de Cromañón de 2004),algo de percusionista y oficios varios han conformado una vida de retazos acorde a las fusiones de su música: hip hop reggae, cumbia, dance hall y cuanto aparezca para convertir loop. Su estética también es una colcha de retazos, de imágenes cargadas a veces de erotismo , pero no de ese donde la mujer es un mero objeto, una muñeca de hilos, noo, las mujeres que habitan dentro de Miss Bolivia son fiesteras, independientes, guerreras, que cantan con la fuerza de un útero que responde de la misma manera que unos testículos y falos que han sido adorados y glorificados, siempre pensando que están por encima de un útero creador de vida.

Esto la hace la Miss más interesante, es la mujer empoderada de su cuerpo y su creatividad y su energía en el escenario. Hay algo que hace q sus canciones no sean una mera composición sobre beats y bases rítmicas, hay como una rabia que aflora, que rompe, una rabia creativa, no contra el hombre, sino contra su forma de querer apoderarse de todos los sentidos de la vida,  hasta parir.
En los temas de su primer disco, “Alhaja” , lanzado el año pasado, hay lugar para todo, desde criticar el consumismo carnívoro en “Quemando”; pasando por mujeres que hacen de la noche “Jálame la tanga”; liberando la mente y las ideas en “Alta Yama”, hasta las canciones de fiesta y rumba que solo invitan a mover caderas y a bailar en medio de las bombas auditivas que Miss Bolivia lanza a la pista de baile“Loca”, “Apágalo”, "Ready" o “Fayah Bomb”..

"Sí. Después fui explorando distintos formatos
y aprendiendo (siempre estoy aprendiendo)
para indagar en la música que siempre estuvo,
 de algún modo, presente en mi vida."
No es boliviana, pero vivió en la calle Bolivia, no vivió en la Paz, pero si es nombre verdadero y no fue una reina sino, como ella misma lo dice, “me puse Miss... porque quise bastardear un poco esa palabrita hegemónica para combinarla con lo callejero, lo oculto, lo invisible”.

Aunque no se ha desconectado de lo aprendido en su carrera de sicología, la música sí le exige más tiempo y como ella lo dice en la entrevista para Mariana mazzante : "-En realidad el hecho de girar y tocar constantemente no me permite dedicarle todo el tiempo que requiere. Si te vas, el paciente lo siente como un abandono". su carrera tambien le ha servido para tratar de desenredar distintas inquietudes a punta de preguntas: "¿en qué medida el psicoanálisis es funcional a la lógica perversa del capitalismo?" lo que la hizo entrar de lleno en los planteos de  Gilles Deleuze y Félix Guattari  y desviarse a formas alternativas de psicología comunitaria. “De todas maneras, yo aún hago psicología, sólo que de una manera transversal. En el rap trabajo con la palabra, como en la psicología, y con la música intento deshacer el rollo de la corriente principal."

El mar la cautiva. Los viajes a Bolivia, en donde trabajo como sicóloga, también le activaron las fibras de la poesía, la composición, y “otro registro donde no necesito palabras: el de la vibración. Ondas, movimiento y quietud. Luna, agua, sal, arena. Un estado especial. Otro chip”. Con estas herramientas invoca y compone, “como diosa de la fecundidad, Iemanjá también es invocada para la inspiración y la bendición en el ámbito de la creatividad artística. "Muchos músicos han rendido homenaje a Iemanjá en sus cantos, como Celia Cruz, Eduardo Mateo, Gal Costa, María Bethania, Isabel Pantoja, entre más”.afirma la artista .
Ha llegado Miss Bolivia y parece que su reinado va más allá de unos timoratos año, sus ritmos y loops están creando un sonido de barriada pero con un mensaje bien armado. En el escenario hay baile, baile caliente, con cuerpos, piernas y caderas para lanzar una propuesta guerrera cercana al mundo indígena, al mundo donde no todo es consumible, donde la mujer no es un mero objeto que adorna el brazo del forzudo machista , sino la otra parte, el útero, el útero que inclusive escoge con generosa democracia, parir hombres.

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