EDITORIAL.

'La cultura' del vallenato
Óscar Collazos  (Opinión "El tiempo")
La grosera recompensa en billetes 'contantes y sonantes' repugna más que el manoseo en el lugar que, según dicen, es símbolo de la 'verraquera' de un niño.

He visto al menos 10 veces el video en el que un cantante vallenato le cede el micrófono a un niño de 14 años. Para este, su actuación significa unos pocos segundos de gloria al lado de quien tal vez sea uno de sus ídolos. Por su hazaña "artística", el niño recibe su aguinaldo doble: un billete tras otro, sacado de un fajo que el cantante guarda en el bolsillo.

La generosidad del cantante es grande, tan grande como el aguinaldo entregado como recompensa a esta verraquera, no sé si inesperada, no sé si programada, pero, en todo caso, una hazaña en la que un niño emula a su ídolo. ¡Aplausos! Viene luego un efusivo beso en la frente del menor que está a punto de descender de la tarima. Y, por último, la manzana de la discordia: el cantante le toca el paquetico de la entrepierna al niño.

Hace 15 días, el cantante se debate entre la inocencia y la culpa. En su defensa -y le creo- dice que el polémico gesto no iba cargado de malicia, que debe ser entendido dentro de la lógica de las costumbres, que es la lógica de la cultura. Lo apoyan en su defensa prestigiosos intelectuales de la Costa Caribe. Otro sector, más susceptible, que quizá entienda más de leyes que de cultura y costumbres, pretende llevar al artista a los estrados judiciales.

Me quedo con la defensa condicionada del cantante: uno no es culpable de las costumbres que hereda, sino de los actos que elige de manera responsable. Pero aprovecho la oportunidad para decir algo que lleva mucho tiempo atragantado en mi garganta: la cultura que sirve a la "poética" de la música vallenata, a sus letras de amores legendarios y súplicas de perdón lacrimosas, a la idealización de la mujer como "reina" y del hombre como paje, no es otra que la cultura machista que encontró terreno abonado en las mayorías colombianas.

El cantante no les puso malicia a sus gestos más reveladores: entregar plata a un menor, de manera ostentosa, ante un público que aplaudiría su generosidad navideña, y despedirlo con un gesto que resume la verraquera del niño, localizada, según el cantante y su cultura, en el pirulí que dormía debajo de los yines. Hizo lo que le dictan su cultura machista y el género musical que, a punta de idealizaciones inverosímiles, le ha servido a la empresa de dominación de las mujeres por los hombres.

Me inquieta la respuesta a una pregunta: ¿la cultura que ignora la ley exime de culpa? Hablo de una "culpa" rodeada seguramente de atenuantes: no había morbosidad ni premeditación pedofílica en el gesto del cantante. También a él, cuando niño, le tocaban el pirulí. Lo que hay en ese gesto es un automatismo de conducta: la mejor recompensa se paga con plata y el poder masculino se localiza en ese adminículo.

La cultura mafiosa se ha servido de los mismos símbolos: la exhibición prepotente del dinero es complemento de la exaltación pública de los genitales masculinos. Se trata de dos exabruptos morales anclados en una cultura. Pero la grosera recompensa en billetes "contantes y sonantes" repugna más que el manoseo en el lugar que, según dicen, es el símbolo de la "verraquera" de un niño.

No sé si esa exhibición tenga implicaciones judiciales. No lo creo: tampoco las tuvieron la propaganda gubernamental y el dinero entregado entre el 2002 y el 2010 a los ciudadanos recompensados por su "patriotismo", ni la exaltación presidencial del "varón" como símbolo de valentía, ni las airadas amenazas telefónicas al "marica" que hablaba al otro lado de la línea. Por el mismo automatismo de conducta y lenguaje, "varón" y "marica" acaban siendo exaltación o afrenta en el marco de la misma cultura.

salypicante@gmail.com

La relación entre nación y folklor hacen que autores como Rafael Escalona se conviertan en un mito por que perviven en la imaginación colectiva de un grupo.
POR  Marco Marín
Son estos grandes artistas los entes conectores de una nacionalidad, son los que generan naciones mentales, libres del dominio de las élites y de los centros del poder, son naciones donde el líder es considerado aquel que ha logrado interpretar las realidades de la mayoría, pilar fundamental del arte que es el de reinterpretar la realidad. Por ello se ama a García Márquez, José Barros y al maestro Rafael Escalona quienes generan en la mente del pueblo, el inconsiente colectivo de una nación.
Por eso es importante saber diferenciar entre Estado y nación. El concepto de nación incluye a la sociedad y sus finalidades; es decir, el desarrollo de una cultura común y la realización personal de los habitantes dentro de una sociedad, mientras que la noción de Estado esta más enfocada hacia todo lo que tiene que ver con la definición de los parámetros jurídicos que guían al país nacional, lo que demuestra que, aunque son diferentes, los conceptos de Estado y nación son complementarios e incluyentes.


Es el de nación un concepto sociológico, y está caracterizado como el sentimiento de patria. Alguien pertenece a una nación cuando se encuentra ligado a otras personas que la conforman por vínculos culturales (lengua, religión costumbres y una historia en común). El sentimiento nacional no puede imponerse como el de Estado, ya que ocurre en la esfera íntima del individuo y en cierta manera el proceso de confromación y creación del arte sufre por un proceso similar, nace en la esfera íntima del individuo y no puede imponerse por medio de la fuerza a otros, sino que se integra a otras esferas por que es aceptado por los otros como reconocimiento del talento o por que hay una identificación con los otros.


Las canciones del maestro destilan folklor y cuando se entiende que una palabra puede contener dos conceptos como pueblo(Folk) y conocimiento (lore), podemos entender más a fondo la dimension de un artista como el maestro Escalona. Era un artesano que construía una especie de filigrana donde se conectan distintos puntos de la sensibilidad, el pensamiento y la tonalidad de una sociedad. Y eso dentro de la ciencia politica es lo que ayuda a conformar el ideario de nación. (Tal vez fue esta la razón por la cual siempre estubo al lado de grandes políticos de la región que constantemente lo utilizaron para mantener el statuo quo)


Desde esta perspectiva hay otra forma de utilitarismo del arte y del artista que "otros entes" como la política y los conglomerados económicos buscan explotar. Mientras el amor y el reconocimiento al artista es sincero de parte del pueblo y la nacion, el Estado, los políticos y los vicios económicos buscan su utilización para sus diferentes intereses. El Estado cubre sus falencias en infraestructura artística, el político mantiene su status y su posicion privilegiada tomandose la foto y utilizando las canciones, y los poderes económicos sólo quieren la explotación monetaria. Y es ahí donde el artista toma otra dimension, o se aleja de estos vicios de poder, o toma una posicion seria y responsable, actitud que desafortunadamente en muchos casos no fue la de Escalona.
Se fue uno de los grandes maestros del vallenato tradicional colombiano, deja su extensa obra y un mundo de hijos, grandes amistades con los politicos tradicionales de la región, y una cantera inagotable donde se acuñan las monedas de los grandes consorcios económicos, pero sobre todo, deja un imaginario interesante en la nación y en la mente de sus seguidores en un país donde para la mayoría, llegar a tener una casa, es construyéndola como el maestro Escalona en el aire.
http://derecho.laguia2000.com/parte-general/concepto-de-nacion
http://es.wikipedia.org/wiki/Naci%C3%B3n